lunes, 19 de noviembre de 2007

RACING, EL DUEÑO DEL MUNDO




Aquel zurdazo inatajable de Juan Carlos Cárdenas ya recorrió cuatro décadas para instalarse en la memoria colectiva de varias generaciones de hinchas de Racing, quienes aún festejan la gloria de haber conquistado la CopaIntercontinental en 1967.
El 4 de noviembre de ese año, el "Chango" Cárdenas, desde 25 metros, ejecutó un tiro soñado que es una postal inalterable en la vida de la Academia, que por entonces alcanzaba la cima del mundo futbolístico.
Ese gol le sirvió al equipo de Avellaneda para conquistar su segundo trofeo internacional tras vencer al Celtic de Escocia 1a 0, en el partido de desempate, jugado en el estadio Centenario de Montevideo.
Durante muchos años, exactamente 34, esa fotografía en blanco y negro que comenzaba a tomar tintes sepias fue el marco del último momento de felicidad en la vida de Racing hasta la consagración en el Apertura de 2001.
De todas formas, la gloriosa Academia nunca se dejó robar ese momento único en su vida deportiva y cada 4 de noviembre, festejó más allá de sus realidades en los años de ostracismo un título que además fue un orgullo para el fútbol argentino.
Fue el primer título internacional a nivel mundial que ganó un equipo nacional con el inolvidable "Equipo de José", que dirigido inteligentemente por Juan José Pizzuti revolucionó el fútbol local con la obtención de tres títulos en dos años.
La frutilla del postre fue justamente la conquista de la ansiada Copa Intercontinental al derrotar luego de tres extenuantes partidos al campeón de Europa, Celtic de Glasgow, en aquella tarde mágica en el estadio Centenario de Montevideo.
El 1 a 0 de la final, alcanzado con el gol convertido por Cárdenas a los 10 minutos del segundo tiempo, fue el tramo final de una historia que comenzó en Glasgow, donde ganó el equipo local por 1 a 0 y continuó en Avellaneda donde se impuso Racing por 2 a 1.
Así, 72 horas después del choque en el Cilindro ambos equipos viajaron a Montevideo para disputar el partido desempate que terminó otorgándole la gloria a Racing.
El equipo llegó a ese momento cumbre tras ganar en forma fantástica el torneo local de 1966 con una serie de 39 partidos invictos, que perduró en el tiempo como un récord absoluto hasta 1999, y luego, ya en 1967 levantar la Copa Libertadores tras superar en la final a Nacional de Uruguay en tres encuentros.
Quizás por esa final, que tuvo como era típico en esa época roces y momentos escandalosos, los uruguayos se volcaron masivamente a hinchar por los escoceses en el partido decisivo que se jugó en el Centenario.
En el primer partido en Europa, Celtic ganó con justicia por 1 a 0, sin embargo ese cotejo le sirvió a los jugadores de Racingdarse cuenta que la diferencia física con los escoceses no era tan notoria.
Luego del Mundial de Suecia en 1958 y en gran parte de la década del 60 se afirmaba que el fútbol europeo le sacaba esa luz de ventaja al sudamericano con una mejor preparación atlética, y fortaleza física, pero al comprobar que no era tan así, Racing se envalentonó para el desquite.
Contra la propuesta táctica de velocidad de los jugadores del Celtic, el equipo de José, ante puso marca rígida y juego fuerte, peleando cada pelota con los dientes apretados logró revertir en la revancha un resultado adverso tras el gol marcado por Gimmel.
En la segunda etapa, Humberto Raffo descontó al inicio y sobre el final el "Chango" se vistió de héroe y marcó el 2 a 1 que provocó el partido desempate.
Ese encuentro se caracterizó por el bajo nivel futbolístico, con mucha marca y muchas agresiones mutuas, en donde en la primera etapa la figura fue el actual entrenador del seleccionado nacional, Alfil Basile, quien fue el patrón de la defensa de Racing.
Sin embargo, una pelota divida entre Juan Carlos Rulli y la figura del Celtic, el delantero Johnstone, derivó en agresiones entre varios jugadores y cuando Basile fue a "copar" la parada recibió la tarjeta roja de expulsión junto al escocés Lennox.
El partido siguió caliente, y al inicio de la segunda etapa el astro Johnstone le pegó nuevamente a Rulli y fue expulsado, al igual que el mediocampista Hughes, a los 29 de la etapa final.
Sin grandes situaciones de riesgo, el zurdazo impresionante deCárdenas –desde 25 metros en línea recta al arco de la tribuna Colombres— se coló sin pedir permiso en el ángulo derecho del arquero Fallon.
Un gol de otro mundo sirvió para desatar la locura en ambas orillas, ya el Celtic con tres jugadores menos poco pudo hacer para perforar la defensa de Racing que tuvo en Rulli y Roberto Perfumo dos estandartes impasables.
De nada sirvió que el árbitro buscara emparejar las acciones con una expulsión justamente de Rulli, a cinco del final, ya la maquinita de Avellaneda tenía todo controlado.
La locura se desató en todo el país, los diarios hablaban de un gran triunfo argentino, Racing, después del "robo" en el Mundial de Inglaterra en 1966 y ante la falta de presencia internacional, Racing dejó de ser un club argentino para transformarse en un equipo nacional.
Por aquellos años el ganador de la Copa Intercontinental era considerado "campeón del mundo de clubes" ante el enfrentamientode los campeones de Sudamérica y Europa, y Racing fue el primero con esa estrella para el fútbol argentino.
Los gladiadores de esa tarde inolvidable fueron: Agustín Cejas; Roberto Perfumo, Nelson Chabay, Oscar Martin, Juan CarlosRulli, Alfio Basile; Joao Cardoso, Humberto Maschio, Cárdenas,Juan José Rodríguez y Humberto Raffo.
ROB

viernes, 16 de noviembre de 2007

EL DIA QUE DIEGO DIJO ADIOS SIN SABERLO






Nadie imaginó que ese 25 de octubre de 1997 cuando finalizó el primer tiempo del superclásico en el Monumental la salida de Diego Armando Maradona del campo de juego sería el inicio de su retiro oficial del fútbol, a días decumplir los 37 años.
El "Diez" cerró así, sin saberlo, una carrera fantástica en el fútbol, en la cual se convirtió en una especie de Dios pagano para los hinchas argentinos y un astro para el universo del planeta fútbol.
Ese sábado, del cual ya se cumplieron diez años, Diego fue reemplazado por Juan Román Riquelme y participó desde el banco de suplentes de la victoria de Boca sobre River por 2 a 1, en un partido que perdía, al fin de la etapa inicial, por 1 a 0.
El anuncio oficial se realizó cuatro días después, el 29 de octubre de 1997 cuando tras versiones de un nuevo doping, Maradona dijo "adiós" al fútbol.
La historia de su tercer retorno al club de la ribera no tenía un presente venturoso luego que tras el debut en el TorneoApertura 1997 frente Argentinos Juniors un control antidoping volvió a darle positivo por consumo de cocaína.
Por tercera vez en su carrera, luego del hecho de 1991 en elNápoli y en 1994 en el Mundial de Estados Unidos, Diego dio el tercer positivo en su carrera y desde ese momento --dos meses antes de la despedida-- entró en un espiral de polémicas y anuncios de retiro.
Una apelación judicial de no innovar ante el juez federal Claudio Bonadío, y la decisión del magistrado que luego de cada partido debía someterse a un control antidoping, sirvió para que por una semanas más Diego y la pelota siguieran su romance oficial.
El astro había hecho otro de sus retornos anunciados tras dejarel club de sus amores en 1996 cuando su amigo Guillermo Cóppola fue detenido por consumo y tenencia de drogas y encarcelado hasta enero de 1997.
Recuperado de ese golpe anímico, Diego intentó un nuevoretorno, convencido en su rol de ave fénix comenzó a entrenarse y en julio de ese año regreso en un partido ante Racing Club por el Torneo Clausura 1997.
El arreglo con los dirigentes de Boca fue concreto: un contrato de obligaciones del futbolista que cobraría 50 mil dólares porpartido jugado y se comprometía a realizarse un control antidopingla mañana antes de cada partido oficial de Boca.
Eso realizó el 24 de agosto, el día que los "xeneizes"recibieron a Argentinos Juniors en La Bombonera y ganaron por 4 a2 con un gol, de "Diez" de tiro penal.
Al fin del partido salió sorteado junto a Riquelme para el control y su enojo se hizo escuchar: "pareciera que tienen la bollilla diez pegada en los dedos", ironizó el astro.
Cuatro días después la noticia bombardeó el mundo: el control había dato positivo de sustancias prohibidas, el eufemismo con el cual la AFA ocultaba decir cocaína.
Sobre Diego comenzó a pesar una suspensión de un año a cinco, la posibilidad de Boca de perder los puntos y la depresión en el futbolista que se escondió por varios días del asedio periodístico.
La contraprueba reafirmó el control, y desnudó la poca calidad del que se hizo por su cuenta ese domingo 24 de agosto en unaclínica privada.
A partir de allí, los abogados de Maradona y el propio jugador desplegaron una estrategia de un supuesto complot contra supersona, de amenazas --ya había hecho una denuncia judicial tresmeses antes-- y de la posibilidad que le "hayan cambiado la orinapor una con resto de cocaína".
Eso le permitió ganar tiempo, que el juez Bonadío impartiera la orden de no innovar, que pidiera un control de ADN a esa orina quenunca se hizo, que la AFA le levantara la suspensión provisoria yque Boca no perdiera lo puntos.
Una vez más el mundo "maradoniano" buscó la forma de cubrir el sol con una mano y proteger al astro que de todas formas intuíaque poco carretel le quedaba a su historia como futbolistas antela imposibilidad de controlar su adicción.
Jugó cuatro partido más, uno de ellos en forma fantástica, peroante cada presentación se rumorea la despedida que recién se efectuó el 29 de octubre de 1997.
Cuatro días después del partido ante River, otro "rumor" sobre un supuesto análisis positivo, esta vez al control exigido por eljuez, colmó la paciencia de Diego, que luego de hablar con supadre anunció el retiro definitivo.
Eso ocurrió un día antes de cumplir los 37 años, a nueve díasde haber cumplido 21 años de su debut en la primera de Argentinos Juniors --el 20 de octubre de 1976-- y comenzar a soñar y hacer enloquecer a millones de argentinos que admiraron su juego.
Campeón del mundo, ídolo, astro, polémico y por momentopendenciero, un referente de la Argentina, un futbolista que se fue y dejó a un hombre que aún tenía muchas batallas más para pelear.
ROB

VILAS Y UN TRIUNFO MEMORABLE QUE CUMPLIO 30 AÑOS






Fueron cinco segundos de incertidumbre hasta que el umpire cantó el "out" y desató el festejo enloquecido de Guillermo Vilas, quien 30 años atrás se convertía en el mejor jugador del mundo al ganar el Abierto deEstados Unidos en Forest Hills.

Aquel 11 de septiembre de 1977, Vilas entró a la inmortalidad del deporte argentino al derrotar de manera fantástica al local, y el número uno del mundo hasta ese instante, Jimmy Connors, por2-6, 6-3, 7-6 y 6-0.

Todo un país, que un par de años antes desconocía los argumentos básicos de este deporte, siguió por las imágenes en blanco y negro que transmitían los televisores, las alternativasde una final apasionante que coronó un año inolvidable para elzurdo surgido en Mar de Plata.

Con Guillermo Vilas, el tenis se había convertido en un hechopopular, las canchas improvisadas en las plazas, calles y potreros competían abiertamente con el fútbol, e imitar el juego de potencia y efecto del jugador argentino, una sana costumbre tan similar como aprender a pegarle a la número cinco con el empeine interno.

La pasión que despertó esa campaña de Vilas en 1977 y en especial en el Abierto de Estados Unidos, quedó reflejada en queese mismo día --domingo 11 de septiembre-- Boca Juniors jugaba lasegunda final de la Copa Libertadores ante el Cruzeiro en BeloHorizonte, y el rating le era infiel al equipo más popular del país.

Fue un partido entre dos titanes y que tuvo momentos de alta tensión y juego de calidad, que se demostró en las variables del marcador.Connors ese año solo había logrado ganar Wimbledon y no tuvo una temporada tan espectacular como el año anterior cuando ganó este mismo torneo y eliminó en semifinales justamente a Vilas, en un partido donde lo superó sin atenuantes.

El argentino en cambio, construyó el mejor año de su carrera profesional con 16 torneos ganados en un solo año --marca aún no superada en el tenis internacional-- un récord de victorias consecutivas aún vigente y de triunfos al hilo sobre polvo de ladrillo, que se extendió por dos décadas.

Además en junio de ese año había ganado su primer torneo de Grand Slam --Roland Garros-- tras vencer al estadounidense BrianGottfried, en una temporada que lo encontraba maduro e invencible con solo 25 años.

Ese fue el último Abierto de los Estados Unidos jugado en el emblemático West Side Tennis Club de Forest Hill sobre arcilla yes el nombre de Vilas el que figura como su último campeón.

La campaña de Guillermo fue abrumadora, recorrió las dos semanas de torneo con una comodidad asombrosa y llegó a la semifinal con el local Harol Solomon sin ceder un solo set y con 16 games perdidos.

En su escalera a la gloria venció al español Manuel Santana (6-1 y 6-2); al estadounidense Gene Mayer (6-3 y 6-3); al también local Víctor Amaya (6-3 y 6-3); al español José Higueras (6-3 y 6-1) y al sudafricano Raymond Moore (6-1, 6-1 y 6-0).En las semifinales le ganó a Solomon, un jugador de fondo muydifícil y que tenía la particularidad de devolver todo como un frontón, por 6-2, 6-7 (primer set perdido en 15 días) y 6-2, mientras en la otra llave Connors despachó con autoridad laitaliano Conrado Barazzutti en sets corridos.

En la final los dos entraron nerviosos, y quien primero sacó ventaja de esa situación fue Connors que a partir de jugar profundo y con tiros a las líneas ganó el set inicial por 6-2.

Vilas contó después que esa derrota parcial no le provocó temor, porque estaba muy concentrado en su juego y con la táctica diseñada junto a su histórico entrenador, el rumano Ion Tiriac, impuso su juego en el parcial siguiente.

Allí "Willy" se soltó, sacó a relucir su mejor juego, comenzó a sacar muy bien, y, como reconoció años después, tuvo unexcelente primer servicio: "nunca en mi vida metí tantos aces comoes día".

La clave estuvo cuando ganaba 4 a 3: logró quebrarle el saque aConnors y sacar la ventaja de 5 a 3 que luego se transformó en lavictoria del set.

Los dos sabían que el tercer chico era la clave del partido y lo jugaron dejando todo lo que tenían en la cancha entregándole alas 14 mil almas que llenaron el estadio un tenis emotivo de alto nivel y cargado de suspenso.

La primera parte fue para Connors, que sacó una ventaja de 4 a1 basándose en un potente revés a dos manos, pero Vilas no sedesesperó ya que la diferencia era solo de un quiebre, y parado de contraataque comenzó a presionar con passing precisos que dejaron siempre expuesto a "Jimbo".

"Estaba encendido, leía muy bien lo que hacía Connors, adiviné todo y tuve muchos golpes ganadores", evocó Vilas.

El tie break fue ganado por el argentino con polémica por una bola que Connors vio adentro y quedó claro que había picado afuera.

El estadounidense protestó, armó pelea con el umpire, se desconcentró y entregó el partido.

El cuarto set fue un trámite para el argentino, que rápido sepuso 5 a 0 y solo el orgullo deportivo de Connors en el últimogame, hizo que levantara un 40 a 0, para darle una cuota mas de suspenso al ingreso a la gloria que estaba al alcance de las manos de Vilas.

La última bola de Connors fue afuera y el umpire tardó una eternidad en cantar el "out". Años después, el juez le confesó aVilas que vio el momento de ser el protagonista de la noche y porese motivo mantuvo en vilo a los espectadores con esa espera de cinco segundos para declarar al nuevo campeón.

En Argentina todo fue peor: en épocas donde los satélites no eran tantos, el cuarto set no se pudo ver porque se había pasado el tiempo original de contrato y debía transmitir otro programa envivo desde España.

Los fanáticos tuvieron que vivir esos momentos decisivosescuchado las alternativas de la victoria de Vilas con el relato inigualable de Juan José Moro por Radio Rivadavia.

Hace 30 años, Vilas alzó el trofeo del US Open y se llevó un cheque de 30 mil dólares --hoy solo un challenger da ese premio y en primeras rondas-- y se convirtió en el mejor jugador del mundo, por más que las estadísticas informáticas de la época dieran otros resultado poco justificable.

"Sabía que sería así, soy sudamericano, vengo de una parte delmundo que poco importa a los grandes dueños del tenis. Pero sé quesoy el mejor, lo demostré en la cancha y eso no me lo quita nadie", dijo Vilas en ese momento.

ROB