lunes, 10 de septiembre de 2007

Claudia Casabianca, la primera tenista argentina juvenil ganadora de un título de Grand Slam




--La ex jugadora Claudia Casabianca logró, hace 30 años, bajo la sombra del gran triunfo de Guillermo Vilas en Forest Hills, la primera victoria de una tenista argentina en juveniles en torneos de Grand Slam. Casabianca, a los 17 años, logró el 10 de septiembre de 1977 escribir su nombre en el tradicional Abierto de Estados Unidos frente a la jugadora local Lea Antonopolis por 3-6, 6-4 y 6-3. El triunfo en el juniors juvenil le abrió a la jugadora argentina un gran futuro profesional que luego no pudo materializar, aunque logró llegar al puesto 36 del ranking mundial en la antesala de su retiro a los 26 años. La tenista tuvo en 1977 su mejor año como juvenil: apoyada por la Asociación Argentina de Tenis, había ganado un par de torneos en la gira norteamericana y fue la gran sorpresa en el US Open. Su victoria final tomó trascendencia al derrotar en las instancias decisivas a las tres mejores jugadoras del mundo en juveniles. Superó en cuartos de final a la checa Hana Mandlikova (número dos en aquel momento), en semifinales a la también checa Hana Strachanova (número tres) y en la final a la número uno, la estadounidense Antonopolis. El triunfo llegó el sábado 10 justo cuando Vilas logró el pase a la final del Abierto y fue muy significativo para la Argentina que la recibió junto a "Willy" como una verdadera estrella. El periplo por Estados Unidos Casabianca lo compartió con la cordobesa Ivana Madruga y Liliana Giusani, quienes debían regresar a Buenos Aires la noche de la final entre Vilas y Connors. Casabianca siempre recordó ese hecho como un momento muy especial de su vida ya que estuvieron en Forest Hills hasta el tercer set -en un momento se cruzó con la ganadora de mayores Chris Evert quien la felicitó- y al inicio de ese parcial partieron rumbo al hotel a buscar las valijas y dirigirse al aeropuerto. Al llegar no pudieron evitar ver el tramo final del encuentro por la televisión y allí decidieron cambiar los boletos para el día siguiente, vuelo que sin saberlo compartieron con Vilas. El marplatense, que viajaba en primera, al enterarse invitó a Casabianca (iba con sus compañeras en clase turista) a viajar juntos y así llegaron a Ezeiza donde Vilas compartió -como un grande- el protagonismo con la ignota jugadora. "Fue una emoción muy grande, era nuestro ídolo y además todas estábamos muertas con él", recordó tiempo después Casabianca. La ex tenista no logró grandes objetivos en su vida profesional y luego de retirarse protagonizó escándalos posando desnuda para revistas eróticas, protagonizando películas de tono similar y siendo procesada en 1993 al encontrarse en un allanamiento en su casa de Olivos 180 gramos de cocaína. Sin embargo, Casabianca asumió sus errores y en un cambio radical de su vida se dedicó a la enseñanza de tenis a chicos con síndrome de Down, una tarea que abrazó con pasión y la involucró no sólo en la docencia sino también en creadora de espacios deportivos y sociales para estos chicos. En 2006, la Cámara de Diputados de la Nación sancionó un proyecto de apoyo al "Programa Integral de Tenis para niñas y niños con o sin discapacidades" dirigido por Casabianca. La función del Programa Integral de Tenis consiste en el dictado de clases gratuitas y grupales a todos los niños a partir de los nueve años de edad, incentivando y estimulando a quienes lo practican. ROB/Publicado en la agencia Noticias Argentinas, el 10 de septiembre de 2007

viernes, 7 de septiembre de 2007

PARQUE PATRICIOS DE FIESTA: CUMPLE 60 AÑOS EL PALACIO DUCÓ





Así era el estadio antes del primer partido en 1947


Uno de los monumentos más importantes del fútbol argentino,el estadio Tomas Adolfo Ducó de Huracán festeja sus 60 años de vida,
En un aniversario que reencuentra al hijo dilecto de Parque Patricios en la categoría superior, el espacio donde escribió lo más rico de su historia deportiva.

El cemento del imponente Palacio Ducó y su césped fueron testigos privilegiados en estas seis décadas de las maravillas más destacadas del club de quienes primero fueron ídolos en "la
quema" y luego estrellas del fútbol argentino.
Sus paredes pintadas de rojo y blanco transpiran el olor a barrio, de las calles de casa bajas, el humo de "la quema" y el grito ensordecedor de hinchas identificados con la mejor gloria
que puede tener un simpatizante: el club de sus amores, un hogar insustituible.

Fue el 7 de septiembre de 1947, en un partido del campeonato oficial, cuando el equipo local saltó por primera vez al campo de juego del nuevo estadio, ubicado en un predio que había sido
adquirido en 1939, en Alcorta y Luna, que la institución alquilaba.

Ese día Huracán le ganó a Boca 4 a 3, y al nuevo estadio aún le faltaban detalles de terminación y de tribunas que recién finalizaron dos años después, cuando se inauguró con toda la pompa
en un cotejo internacional ante Peñarol, el 11 de septiembre de 1949.

El predio fue adquirido con un préstamo de 700 mil pesos que el club solicitó al Gobierno nacional y en 1942 la entidad pidió una extensión del crédito, esta vez por más de 1.500.000 pesos, con el cual se comenzaron las obras.

El 10 de agosto de 1943 se inició la construcción de las tribunas, las que a principios de 1945, ya se asomaban orgullosas por sobre las casas de la barriada de Parque Patricios.

Ese escenario fue el testigo y la caja de resonancia para los momentos gloriosos del profesionalismo del club que se sintetizan con su único títulos en Primera Divisón logrado en
aquel inolvidable 1973, con el equipo soñado que cinceló César Luis Menotti.

El Palacio disfrutó en aquella temporada de las gambetas de René Houseman, el olfato de gol de Roque Avallay, la guía futbolística de Miguel Brindisi, Carlos Babington y Omar Larrosa,
más la categoría para defender de Alfio Basile, Alberto Fanesi, Nelson Chavay y Jorge Carrascosa.

Esa fantástica campaña y el título le permitieron al "globito" ser protagonista de un torneo internacional como la Copa Libertadores de América de 1974, donde alcanzó las semifinales y
fue eliminado por Independiente.

A raíz de esa participación internacional Huracán inauguró, a fines de 1973,su sistema lumínico y lo hizo ante el mítico Santos de Brasil, que llegó a Parque Patricios de la mano del Rey Pelé,
para pasear su juego lírico y efectivo y ganar en esa noche simbólica 4 a 0 al dueño de casa.

El nombre Tomás A. Ducó se debe a un coronel golpista, que fue uno de los presidentes de la entidad de Parque Patricios en varias oportunidades entre 1938 y 1955.

Desde las magníficas tribunas del estadio, que tiene dos cabeceras populares con mas de 20 mil lugares cada una, junto a la tribuna Miravé y las plateas Alcorta alta y baja, que totalizan en
la actualidad 48.314 lugares, los ojos de los hinchas durante 60 años vieron a grandes figuras que hicieron historias en el club.

Por allí pasaron Norberto "Tucho" Méndez, Adolfo Pedernera, Eduardo Ricagni, Néstor y Oscar Rossi, Norberto Menéndez, Alfredo Obberti, Alberto Rendo, Héctor Veira.

Más cerca en el tiempo, lo hicieron Claudio García, Claudio Morresi, Héctor Cúper, Claudio Borghi, Antonio Mohamed, Sergio Saturno, Hugo Morales, Marcos Gutiérrez, Osvaldo Ardiles, Casas, entre otros grandes.

En sus tribunas durante estas seis décadas, se reunieron familias completas, herencia de la misma pasión, políticos de comité y unidad básica, actores, tangueros y un hincha símbolo
para el club, el recordado Oscar "Ringo" Bonavena, que paseaba su locura de chico grande por las plateas de la Miravé.

En ese estadio cayeron todos lo grandes y las goleadas que más se recuerdan ocurrieron, en 1954 a Racing (4-1), en 1958 a Independiente (5-1) y en el inolvidable 1973 a Boca (5-1), a
Racing (5-0) y a San Lorenzo (4-0)

Sin embargo, el partido donde convirtió más goles fue en 1960 cuando le ganó a Gimnasia y Esgrima La Plata por 8 a 0 y en el Metropolitano de 1968 volvió a vencer al "Lobo" por 7 a 1, en
tanto que también superó a Newell’s, en 1949 (7-1) y, en 1975, a Atlanta (6-1) y a Chacarita (7-1).

El estadio también fue mudo testigo de tres descensos de su dueño, el primero al fin de la temporada 1985/1986, el segundo en 1998/1999 y el tercero más reciente en el 2003, sin embargo también presenció el renacimiento en 1990, 2000 y en el 2007.

A poco más de un año y dos meses de alcanzar su centenario, Huracán festeja en su casa, "la quema", donde apaga 60 velitas, y en ese fútbol de barrio, que tiene olor a jazmines, los vecinos
están de fiesta: el palacio del fútbol cumple años.

ROB (Publicado en la agencia Noticias Argentinas; Minutouno.com y Diario El Día, 7 de septiembre de 2007)