viernes, 16 de noviembre de 2007

VILAS Y UN TRIUNFO MEMORABLE QUE CUMPLIO 30 AÑOS






Fueron cinco segundos de incertidumbre hasta que el umpire cantó el "out" y desató el festejo enloquecido de Guillermo Vilas, quien 30 años atrás se convertía en el mejor jugador del mundo al ganar el Abierto deEstados Unidos en Forest Hills.

Aquel 11 de septiembre de 1977, Vilas entró a la inmortalidad del deporte argentino al derrotar de manera fantástica al local, y el número uno del mundo hasta ese instante, Jimmy Connors, por2-6, 6-3, 7-6 y 6-0.

Todo un país, que un par de años antes desconocía los argumentos básicos de este deporte, siguió por las imágenes en blanco y negro que transmitían los televisores, las alternativasde una final apasionante que coronó un año inolvidable para elzurdo surgido en Mar de Plata.

Con Guillermo Vilas, el tenis se había convertido en un hechopopular, las canchas improvisadas en las plazas, calles y potreros competían abiertamente con el fútbol, e imitar el juego de potencia y efecto del jugador argentino, una sana costumbre tan similar como aprender a pegarle a la número cinco con el empeine interno.

La pasión que despertó esa campaña de Vilas en 1977 y en especial en el Abierto de Estados Unidos, quedó reflejada en queese mismo día --domingo 11 de septiembre-- Boca Juniors jugaba lasegunda final de la Copa Libertadores ante el Cruzeiro en BeloHorizonte, y el rating le era infiel al equipo más popular del país.

Fue un partido entre dos titanes y que tuvo momentos de alta tensión y juego de calidad, que se demostró en las variables del marcador.Connors ese año solo había logrado ganar Wimbledon y no tuvo una temporada tan espectacular como el año anterior cuando ganó este mismo torneo y eliminó en semifinales justamente a Vilas, en un partido donde lo superó sin atenuantes.

El argentino en cambio, construyó el mejor año de su carrera profesional con 16 torneos ganados en un solo año --marca aún no superada en el tenis internacional-- un récord de victorias consecutivas aún vigente y de triunfos al hilo sobre polvo de ladrillo, que se extendió por dos décadas.

Además en junio de ese año había ganado su primer torneo de Grand Slam --Roland Garros-- tras vencer al estadounidense BrianGottfried, en una temporada que lo encontraba maduro e invencible con solo 25 años.

Ese fue el último Abierto de los Estados Unidos jugado en el emblemático West Side Tennis Club de Forest Hill sobre arcilla yes el nombre de Vilas el que figura como su último campeón.

La campaña de Guillermo fue abrumadora, recorrió las dos semanas de torneo con una comodidad asombrosa y llegó a la semifinal con el local Harol Solomon sin ceder un solo set y con 16 games perdidos.

En su escalera a la gloria venció al español Manuel Santana (6-1 y 6-2); al estadounidense Gene Mayer (6-3 y 6-3); al también local Víctor Amaya (6-3 y 6-3); al español José Higueras (6-3 y 6-1) y al sudafricano Raymond Moore (6-1, 6-1 y 6-0).En las semifinales le ganó a Solomon, un jugador de fondo muydifícil y que tenía la particularidad de devolver todo como un frontón, por 6-2, 6-7 (primer set perdido en 15 días) y 6-2, mientras en la otra llave Connors despachó con autoridad laitaliano Conrado Barazzutti en sets corridos.

En la final los dos entraron nerviosos, y quien primero sacó ventaja de esa situación fue Connors que a partir de jugar profundo y con tiros a las líneas ganó el set inicial por 6-2.

Vilas contó después que esa derrota parcial no le provocó temor, porque estaba muy concentrado en su juego y con la táctica diseñada junto a su histórico entrenador, el rumano Ion Tiriac, impuso su juego en el parcial siguiente.

Allí "Willy" se soltó, sacó a relucir su mejor juego, comenzó a sacar muy bien, y, como reconoció años después, tuvo unexcelente primer servicio: "nunca en mi vida metí tantos aces comoes día".

La clave estuvo cuando ganaba 4 a 3: logró quebrarle el saque aConnors y sacar la ventaja de 5 a 3 que luego se transformó en lavictoria del set.

Los dos sabían que el tercer chico era la clave del partido y lo jugaron dejando todo lo que tenían en la cancha entregándole alas 14 mil almas que llenaron el estadio un tenis emotivo de alto nivel y cargado de suspenso.

La primera parte fue para Connors, que sacó una ventaja de 4 a1 basándose en un potente revés a dos manos, pero Vilas no sedesesperó ya que la diferencia era solo de un quiebre, y parado de contraataque comenzó a presionar con passing precisos que dejaron siempre expuesto a "Jimbo".

"Estaba encendido, leía muy bien lo que hacía Connors, adiviné todo y tuve muchos golpes ganadores", evocó Vilas.

El tie break fue ganado por el argentino con polémica por una bola que Connors vio adentro y quedó claro que había picado afuera.

El estadounidense protestó, armó pelea con el umpire, se desconcentró y entregó el partido.

El cuarto set fue un trámite para el argentino, que rápido sepuso 5 a 0 y solo el orgullo deportivo de Connors en el últimogame, hizo que levantara un 40 a 0, para darle una cuota mas de suspenso al ingreso a la gloria que estaba al alcance de las manos de Vilas.

La última bola de Connors fue afuera y el umpire tardó una eternidad en cantar el "out". Años después, el juez le confesó aVilas que vio el momento de ser el protagonista de la noche y porese motivo mantuvo en vilo a los espectadores con esa espera de cinco segundos para declarar al nuevo campeón.

En Argentina todo fue peor: en épocas donde los satélites no eran tantos, el cuarto set no se pudo ver porque se había pasado el tiempo original de contrato y debía transmitir otro programa envivo desde España.

Los fanáticos tuvieron que vivir esos momentos decisivosescuchado las alternativas de la victoria de Vilas con el relato inigualable de Juan José Moro por Radio Rivadavia.

Hace 30 años, Vilas alzó el trofeo del US Open y se llevó un cheque de 30 mil dólares --hoy solo un challenger da ese premio y en primeras rondas-- y se convirtió en el mejor jugador del mundo, por más que las estadísticas informáticas de la época dieran otros resultado poco justificable.

"Sabía que sería así, soy sudamericano, vengo de una parte delmundo que poco importa a los grandes dueños del tenis. Pero sé quesoy el mejor, lo demostré en la cancha y eso no me lo quita nadie", dijo Vilas en ese momento.

ROB

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