jueves, 24 de enero de 2008

CUANDO BOCHINI FUE EL "DIOS DE LOS DIABLOS"



El 25 de enero de 1978, el máximo ídolo de Independiente vivió una de las noches más gloriosas de su carrera. Ese día fue el autor del gol que le dio un título al “rojo” ante Talleres de Córdoba, en un partido que su equipo jugó con ocho jugadores. >Ese día era su cumpleaños.


Hace 30 años, Ricardo Enrique Bochini festejó su cumpleaños 24 y como mejor regalo personal y para los miles de hinchas que lo convirtieron en su máximo ídolo, se obsequió un gol inolvidable y el título de Campeón Nacional 1977 para Independiente, un logro con sabor a hazaña.

A tres décadas de esa conquista increíble, aún el “Bocha” recuerda la disfonía que le dejó el grito del tanto del empate ante Talleres de Córdoba, en circunstancias totalmente anormales, jugando Independiente con tres jugadores menos por expulsiones y en una olla de presión como era el estadio de los cordobeses.

Fue el partido desquite de la final del Torneo Nacional de 1977 que se definió ya en el nuevo año, y que tenía ya en la previa para los de la “Docta”` el sabor del campeonato, tras lograr un valioso empate en Avellaneda 1 a 1, en el partido de ida.

Los jugadores de Talleres fueron recibidos como héroes a su regreso de Buenos Aires y ya saboreaban el título que comenzó a querer tomar forma cuando en el estadio del Barrio Jardín revirtió un resultado adverso de 1 a 0, y se puso 2 a 1, con un polémico gol del delantero Bocanelli hecho con la mano.

Todos lo jugadores “rojos” se abalanzaron contra el árbitro Roberto Barreiro e iniciaron una protesta airada que concluyó con las expulsiones de Enzo Trossero, el capitán Rubén Galván y el volante Omar Larrosa, además de un tumulto que hizo suspender el partido por nueve minutos.

Con ocho jugadores, los nervios alterados y con solo veinte minutos de juego por delante, Independiente temió lo peor y se sintió estafado por la actitud de un árbitro que fue ciego ante una mano demasiado clara en el gol de la victoria parcial de Talleres.

“Todos queríamos irnos, no sentíamos estafados, era un robo”, recordó Bochini quién, como los héroes anónimos se calzó el equipo al hombro y exhibió sobre el campo de juego lo mejor de su repertorio.

El entrenador “rojo”, el recordado José Omar Pastoriza, hizo lo suyo: propuso dos cambios fundamentales, hizo ingresar a Ricardo Bertoni –el mejor socio del Bocha—y al volante Mariano Biondi para retener más el balón y construir jugadas desde la línea de volantes.

“Vamos que somos machos y podemos ganar”, grito el nuevo capitán Norberto Outes al reinició del partido, y con esa arenga, la sangre en el ojo de los jugadores y el talento del Dios de los Diablos, la hazaña tuvo razón de ser.

A cinco minutos del final, con Talleres abrumado por la responsabilidad, una excelente jugada combinada entre Bertoni, Bochini y Biondi, permitió que el “Diez” definiera “con alma y vida”, ante la salida del arquero local Rubén Guibaudo.

El empate 2 a 2 le dio el título a Independiente por la sumatoria de gol de visitante que valía doble en la definición del certamen.

“Fue el gol de mi vida”, recordó el “Bocha” a Asteriscos.Tv, lo dijo quién vivió antes y después decenas de jornadas inolvidables, lo definió así el “Chaplin del fútbol”, el hombre que el día que cumplía 24 años entró a la inmortalidad.

Para los memoriosos como Asteriscos.Tv, algunos nombres de aquel inolvidable campeón: Rigante; Pagnanini, Hugo Villaverde, Trossero y Osvaldo Pérez; Galván, Bochini, Larrosa; César Brítez, Outes, Magallanes y Bertoni, entre otros.
ROB/

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