Por Roberto Aguirre Blanco
Lo canta la “negra” Mercedes Sosa, un símbolo nacional. “Esta noche (esta tarde) se puede, se puede..”, y el equipo de Argentina de la Copa Davis va por ese logro: dar vuelta en la última jornada un resultado negativo y así poder alzar por primera vez la Ensaladera de Plata.
Para poder sostener esta ilusión no hay que ir muy lejos en búsqueda de un espíritu ganador. ¡Muchachos, está allí nomás, cerquita, al alcance de la mano!.
Solo hay que mirar los ojos del capitán Alberto Mancini y del entrenador de David Nalbandian, Martín Jaite, héroes de una hazaña increíble que aún se recuerda en la memoria de los amantes del tenis.
Ellos saben de qué se trata. En los cuartos de final de la Copa Davis 1990 ante Alemania, estos dos gigantes llegaron al tercer día de competencia con un resultado en contra 2 a 1 y supieron encontrar las fuerzas para dar vuelta la taba y festejar un triunfo inolvidable.
Todo lo que sucedió ese fin de semana de marzo de 1990 huele a conocido en estas horas. El primer día, “Luli”, el mejor jugador argentino por aquellos días, abrió la serie con un triunfo sin problemas ante Jens Woehrmann, en cuatro sets.
El festejo de esa victoria se apagó rápidamente cuando en el segundo punto Jaite cayó Carl Uwe Steeb en cuatro parciales muy peleados.En la segunda jornada la pareja de dobles teutónica conformada por Erec Jelen y Michael Stich superó sin atenuantes a Javier Frana y Gustavo Luza en tres sets.
Argentina sacó pecho, y el equipo que dirigía Alejandro Gattiker fue por la hazaña. El domingo, en primer turno Jaite jugó el partido de su vida en el Buenos Aires Lawn Tennis y en cinco dramáticos parciales le ganó a Stich ante la locura del público.Luego todo quedó en el talento de Mancini.
Con poca luz, el partido se suspendió luego de ganar el primer set el argentino 7/6 a Steeb, con un tie breck también muy cerrado.Al promediar el segundo chico, por falta de luz, el partido se postergó hasta el lunes por la mañana.
Allí, ante la misma cantidad de público eufórico, el actual líder del equipo de Copa Davis cerró una serie increíble y ganó los dos sets siguientes 6/3 y 6/4.No importó que fuera día laborable, el BLTC parecía feriado, si hasta el entonces presidente Carlos Menem estuvo en el estadio.
Se entiende, era la famosa Argentina del primer mundo.Fue la única vez que por Grupo Mundial, Argentina logró esta hazaña, pasaron 18 años, parece tiempo, pero los protagonistas están muy cerca del equipo.
¡Vamos muchachos a transmitir la mística!. Se puede, se debe.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Mundial 1978: la fiesta en medio de la oscuridad
Por Roberto Aguirre Blanco
Cuando el 1 de junio de 1978 el árbitro argentino Angel Coerezza dio inicio al partido inaugural del Mundial de 1978 entre Alemania Federal y Polonia, la política se impuso sobre el deporte y la dictadura militar alcanzó un objetivo soñado.
Esa jornada, en un remodelado estadio de River repleto, los integrantes de la Junta Militar que el 24 de marzo de 1976 asestó un golpe a la Democracia, comenzaron a cumplir uno de los objetivos que se habían propuesto: la realización de la Copa del Mundo de fútbol.
Una de las primera medidas que decidió la dictadura después de asumir el poder de facto en 1976 fue la confirmación de que la Argentina realizaría el undécimo Campeonato mundial de fútbol que la FIFA había otorgado al país en 1970.
Esa determinación política estaba fundamentada en la necesidad de legitimar el proceso iniciado en el país a base de desaparición de personas y de ejecución de un plan económico polémico.Esta iniciativa tuvo desde ese génesis un abuso de poder absoluto que hizo que a la fecha no se sepa aún el costo definitivo de este mundial, y lo gastado para este certamen superaría en seis veces lo que se invirtió en el mundial siguiente: España 1982.
Para llevar adelante esta empresa faraónica se creó dentro del ámbito del gobierno militar el Ente Autárquico Mundial 1978 (EAM), que manejo un presupuesto millonario sin control, ni rendición de cuentas.
Ese espacio fue sin embargo el primer escenario de la lucha de poder que también existía dentro de la Junta Militar, y de la investigación realizada por el autor de esta nota surge que por esta conjura entre cuadros castrenses se produjo un episodio policial con la primera víctima del mundial.
En agosto de 1976, cuando el general Omar Actis, jugador de la tercera de River en los 40 y designado como presidente del Ente, se dirigía a dar la conferencia de prensa de anuncio de obras de cara a la competencia internacional, su automóvil fue atacado por supuestos “integrantes de una célula subversiva”.
Siempre hubo sospechas de que el hombre del Ejército pudo haber sido víctima de un ataque posiblemente planeado por fuerzas parapoliciales de la ESMA, que habrían acribillado a Actis y herido gravemente en la cabeza, lo cual después produjeron su muerte.
En el libro "Almirante Lacoste ¿quien mató al general Actis?", el periodista Eugenio Menéndez lo señala como el autor intelectual del homicidio.Es que inmediatamente asumió el cargo organizativo el contralmirante Carlos Alberto Lacoste, vicepresidente del EAM, y hombre de línea directa con Eduardo Emilio Massera.
De comprobarse alguna vez judicialmente estos hechos, el primer golpe dentro del golpe se habría perpetrado.El Ejército dispuso la designación como titular del ente al general Antonio Merlo, amigo de Lacoste, y un hombre de figura decorativa, sin el carácter y decisión que tenía Actis y que molestaba al marino.
A partir de allí, la organización del mundial entró en una dinámica inimaginable. En menos de dos años se construyeron tres estadio nuevos (Mar del Plata, Córdoba y Mendoza) se reacondicionaron con fuerte inversiones (River, Vélez y Rosario Central), un gran desarrollo en las comunicaciones y en los transportes.
Lacoste, quien trabajó con una “chequera en blanco”, contó con un importante apoyo del presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, quien en su primer mandato –había asumido en 1974— apostó a la organización de Argentina.La sociedad política entre Havelange y Lacoste quedó conformada y más allá de la comunión ideológica, los unió la ambición de ambos por sostenerse en sus lugares de poder.
Una unión que luego se extendió cuando el militar fue designado vicepresidente de la FIFA sin tener ningún cargo dirigencial en el fútbol argentino.
La muerte de Actis fue el hecho policial que marcó el principio de la Copa del Mundo de 1978, que también estuvo enmarcado por la crisis interna del país, los hechos de violencia y una fuerte campaña anti mundial desde Europa por exiliados argentinos.
De todas maneras, dentro del país lo militares habían logrado otro objetivo claro: la gente vivía a pleno y palpitada la fiesta deportiva, a partir del fanatismo futbolero del argentino, y la necesidad de expresar sensaciones contenidas por la mordaza de la dictadura.
El periodista Víctor Hugo Morales, quien llegó a la Argentina desde Uruguay para relatar los partidos del Mundial, confesó hace poco a Asteriscos.Tv que en esos días en el país no se hablaba de otra cosa que 'no fuera fútbol”.
“Acá fue una fiesta. Nadie intuía lo que pasaba, excepto por supuesto las víctimas. Yo, como lo demás, lo viví como una fiesta”, comentó Víctor Hugo. Los militares habían ganado la primera batalla.
La mística copera de Estudiantes cumplió 40 años
Por Roberto Aguirre Blanco
La mística nace de grupos unidos que tienen sueños de grandeza. Esa definición del maestro Osvaldo Zubeldía fue el motor que impulsó a esa generación de jugadores nacidos de la cantera de Estudiantes de La Plata para hacer historia.
El 16 de mayo de 1968, hace cuarenta años, los “pinchas”, el primer club chico en dar una vuelta olímpica en el fútbol nacional, concretaron un año después de aquel primer logro institucional, la Copa Libertadores de América.
En el tercer partido desempate, el equipo platense derrotó a Palmeiras de Brasil 2 a 0, luego de ganar el partido de ida en la ciudad de las diagonales (2-1) y caer en San Pablo ante los locales (3-1).
Esa primera vuelta olímpica continental fue el inicio de una etapa brillante de Estudiantes que conquistó finalmente tres veces el torneo de América (1968/1970) y cayó en la defensa del título en 1971.
El sueño que nació a fines de 1965 cuando Zubeldía llegó al club y promovió una gran cantidad de jugadores de las inferiores, tuvo meses después otro gran hito cuando en el estadio de Old Trafford de Inglaterra, los “pincharratas” fueron el mejor equipo del mundo la ganarle la Copa Intercontinental al Manchester United.
El camino para la primera Copa Libertadores fue largo y difícil, sin embargo fue también un trayecto que el “albirrojo” recorrió con una excepcional campaña de 11 triunfos, seis empates y tres derrotas, para alzarse con el preciado trofeo.
En la primera fase terminó invicto tras seis partidos al eliminar a los equipos de Colombia, Deportivo Cali y Millonarios, y superar en puntos a Independiente, al que derrotó 4 a 2 en Avellaneda y 2 a 0 en La Plata.Luego, el equipo de Zubeldía integró una llave de segunda fase con Universitario de Perú y nuevamente Independiente (le ganó los dos partidos) y de esa manera clasificó para las semifinales donde lo esperó el defensor del título: Racing Club.
Ante el equipo de José –en ese momento el mejor equipo del mundo-- Estudiantes protagonizó tres batallas cámpales: la primera con una derrota 2 a 0 en Avelleneda, la segunda con un triunfo 3 a 0 en La Plata y un empate 1 a 1 en el tercer choque jugado en la cancha de River.
En esos partidos “calientes” fueron lo que fortalecieron la mística de Estudiantes que jugaba, es cierto, al filo del reglamento, con pierna fuerte y mucho temperamento.
Un hecho que le sumó detractores y una “mala fama” muchas veces injusta.El equipo tenía una gran cantidad de jugadores de fuerte personalidad, como el arquero Alberto Poletti, los defensores Oscar Malbernat, Antonio Aguirre Suárez, Eduardo Manera, los mediocampistas Carlos Pachamé y, Juan Echecopar, nacidos de las inferiores de Estudiantes.
A ello se sumaba los talentos de Raúl Madero, Marcos Conigliaro, Eduardo “Bocha” Flores y el autoridad goleadora de Juan Ramón Verón, además de jugadores que llegaron de otros clubes para ser pilares fundamentales del plantel, como Carlos Bilardo y Felipe Ribaudo.
La primera final con Palmeiras fue un partido fue un partido duro en La Plata donde el local ganó 2 a 1 con goles de Verón y Flores, para luego caer sin atenuantes en San Pablo 3 a 1 y dos días después ganar con autoridad el partido desempate.Miles de platenses cruzaron el Río de la Plata aquel 16 de mayo de 1968 en la búsqueda del estadio Centenario de Montevideo donde el “Pincha” alcanzó la gloria al ganar 2 a 0 con goles de Ribaudo y de la “Bruja” Verón, su máximo artillero.El sueño del chico convertido en el más grande se había cumplido, pero fue en realidad el primer capítulo de la gloriosa historia copera de Estudiantes que hoy cumple cuatro décadas.
El Superclásico cumple 95 años
Por Roberto Aguirre Blanco
Van camino al centenario, junto al latir de una nación que se apresta en ese trayecto a festajar sus 200 años de vida. Boca y River, dos pasiones genuinas de los argentinos festejan en este 2008 los 95 años del primer choque emblemático.
Fue el 24 de agosto de 1913 en la vieja cancha de Racing Club, donde por los disputadísimos campeonatos amateurs de la época se vieron las caras por primeras vez los dos clubes nacidos en el sueño inmigrante de la Ribera del Riachuelo.
Durante muchos años algunos historiadores fijaron como fecha inicial un años después, agosto de 1914, como primer superclásico en un error que Asteriscos.Tv no avala y que sólo puede justificar como enumeración como el partido que puede haber dado inicio a la pasión de eternos rivales.
En ese encuentro que se jugó el 14 de agosto de 1914 empataron en la cancha de Boca 0 a 0 y se produjo luego de finalizar el partido la primera pelea entre hinchas cuando los de River le robaron a los boquenses una bandera.
Hubo corridas, persecución policial a caballo y promesas de “venganza” en el próximo encuentro. Ya se ve, nada es nuevo bajo el sol.
Hay un antecedente centenario, las crónicas de la época relatan que el primer choque entre los clubes de barrio fue el 2 de agosto de 1908 en un partido amistoso que se disputó en la vieja cancha de madera de Boca en la Dársena Sur y favoreció a los locales por 2 a 1.
En tanto, el primer partido oficial en primera división se jugó el 24 de agosto de 1913 cuando la Argentina se colmaba de movimientos sociales y anarquistas y ya llevaba tres años festejando el centenario.River ya había llegado a la primera en 1909 tras eliminar en la final del ascenso a Racing y debutar derrotando a Alumni, el club poderoso de los primeros años del fútbol local.
Por su parte, los “xeneizes” llegaron al fútbol grande en 1913 y debutaron también con un destino de grandeza la superar en la fecha inicial la poderoso Racing, La Academia, uno de los equipos más maravillosos de la historia del amateurismo.
El primer choque entre Boca y River fue en la disputa de la sexta fecha del campeonato amateur que tenía un extenso fixture con más de 40 equipos que daban vida a un deporte que crecía piramidalmente como pasión.
River tenía como club 10 años de vida mientras Boca ocho, y todavía eran vecinos de barrio ya que el club de la banda roja recién se mudó a Alvear y Tagle una década después.El partido entonces favoreció a River –que jugó con la camiseta de rayas verticales rojas y blancas-- 2 a 1 con goles de Cándido García y Ámela Pereyra, mientras que Marcos Meyer descontó para Boca que fue local en Avellaneda.
Aquellos primeros héroes que vistieron la casaca de Boca y River fueron los siguientes: Boca Juniors: Virtu Bidone; Garibaldi y Lamela; Valentini, Vergara y Elena; Calomino, Romano, Mayer, Taggino y Abbatángelo.River Plate: Carlos Isola; Arturo Chiappe y Pedro Calneggia; Simmons, Cándido García y Puruzzi; Galeano, Ameal Pereyra; Penney, Roldán y Fraga Patrao.
El "Loco" Di Palma, el héroe del rally, entre ripio y asados
Por Roberto Aguirre Blanco
Ya había sido dos veces campeón de Turismo Carretera, competido en todas las especialidades en Argentina y siempre ganando. Tenía 39 años y su espíritu aventurero y de “loco lindo” le faltaba un eslabón más. Correr en Rally.
En la cuarta edición oficial del Rally de Argentina, corrida por las rutas de Bariloche en 1983, el “Loco” no dudó, y como siempre, moviendo cielo y tierra, consiguió que el equipo oficial Audi le cediera uno de los cinco coches con los cuales vino a correr esa competencia.
Tras la participación en 1980 de Carlos Reutemann, cuando aún era figura de la Fórmula 1, la Argentina no contaba con un piloto en la especialidad mayor y la presencia de Di Palma, verdadero ídolo del automovilismo local, fue una gran atracción.
Para completar la locura, el arrecifeño llevó como navegante al periodista Néstor Streimbel, de experiencia en careras pero lejos del bagaje de capacidad para ser un experto lector de hoja de ruta, clave para evitar contratiempos en una prueba tan compleja.
La largada, como en muchas ediciones fue desde la puerta del ACA, y se tenía que hacer durante la noche el viaje de neutralización hasta Bariloche donde comenzaría oficialmente la primera etapa.
El trayecto por los caminos bonaerenses fue apoteótico, desde las radios se avisaba que pasaban los autos, pero todo el mundo salió la borde de la ruta, inclusive a altas horas de la madrugada para ver pasar el Audi Quatro del “loco” identificado con la publicidad argentina de “Molykote” en su parabrisas.
El ex campeón del TC no podía con su genio y debió cumplir a rajatabla con su actitud de amigo entrañable y parar sucesivamente en tres localidades del trayecto donde lo esperaron colegas para homenajearlo con asados.
Inevitablemente, la primera parada fue Arrecifes, su ciudad natal, donde comió un “choripán” con sus hijos aún pequeños, Marcos, José Luis y Patricio, para luego avanzar unos kilómetros y detenerse en Carlos Casares donde comió una tira de asado en una mesa preparada por su amigo Roberto Mouras.
El último pedazo de matambrito tiernizado y el postre lo degustó en la tercera parada “obligada”, 9 de Julio, en la casa de Guillermo “Yoyo” Maldonado.
Así y todo, llegó quinto en la general a Bariloche junto a sus demás compañeros del equipo Audi.
Ya en la prueba propiamente dicha, Di Palma, sin experiencias en esta categoría, se metió como cuña entre los grandes y terminó quinto en la general, sorprendiendo por su velocidad y capacidad de manejo para los primes.
Talentoso e iluminado, en la segunda manga el “Loco” se animó a más y dejó boquiabiertos a los grandes pilotos de la época: Hannu Mikkola, Markku Alen, Stig Blomqvist, entre otros.
Sin embargo, una curva mal leída, lo hizo chocar contra la montaña y abandonar en el quinto prime de esa etapa cuando marchaba cuarto en al general e iba por más.No le importó.
Llegó al Parque Cerrado con la felicidad en la cara, la aventura había sido completada, y sin quedarse para el final volvió a Arrecifes donde sus amigos le prepararon un asado que esta vez comió sin apuros.¿La carrera?, la ganó el finlandés Mikkola con Audi Quatro en su lucha con Lancia, máquina con la cual volvería a correr Di Palma en 1985 con poca suerte, pero con la misma fiesta popular en su alrededor. Pero esa, es otra historia.
martes, 27 de mayo de 2008
EL GOL DE GRILLO A LOS INGLESES, LA OBRA MAESTRA
Dentro de la gran galería de goles inolvidables, existe un lugar de privilegio para la obra maestra construida hace 55 por el talento de Ernesto Grillo, quien ante Inglaterra, en 1953, inauguró el mito de un clásico de selecciones con una conquista magnífica.
Peleándole un lugar en el sitial del Olimpo del fútbol a la jugada magistral de Diego Maradona ante los ingleses en 1986, aquel gol que en su momento se llamó "imposible", marcó un hito.
El 14 de mayo de 1953, el "pelado" Grillo logró el empate parcial ante los "inventores del fútbol" y produjo el génesis de un triunfo memorable --histórico para el deporte argentino—que determinó que esa fecha pasara a recordarse como "El día del futbolista". Nadie que haya vivido en carne propia esa jugada prodigiosa del delantero de Independiente pudo imaginar como finalizaría la acción que Grillo inició en la puerta del área inglesa, por el sector izquierdo del ataque argentino.
El puntero recibió el balón de su compañero Carlos Lacasia, ubicado en la media luna del área, y con un pique corto, mezclado con engaños y amagues --un cóctel típicamente sudamericano—dejó fuera de acción a dos ingleses (Wright y Barlow), ya dentro de la "zona caliente" de la defensa rival.
Pero esta acción lo llevó a que quedara muy pegado a la raya, y desde allí encaró hacia el arco, en un ángulo muy cerrado. El argentino encontró un nuevo escollo en su camino, el defensor Barras, que se le tiró a sus pies, sin suerte.
A pesar de eludirlo, ya dentro del área chica, Grillo se encontró con el arco en difícil posición para definir, y con media defensa inglesa sin poder hacer nada.
El arquero visitante --Paul Ditchburn-- dio un paso adelante esperando un centro y cerrando más aún el ángulo de disparo –la lógica hacía pensar esa jugada-- pero Grillo tenía otros planes: súbitamente el delantero sacó un remate exquisito de su pierna izquierda e introdujo el balón entre el arquero y el poste, un sitio impensando, con una precisión sorprendente.
El gol se anticipó en 33 años a la maravilla construida por Maradona en los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1986 y fue también el primer capítulo de un clásico del fútbol internacional que esta vigente hasta la fecha.
Las 85 mil almas que ese día feriado habían colmado la cancha de River Plate estallaron en un grito ensordecedor y la ovación que siguió al festejo se extendió por varios minutos.
En la primera fila de una platea improvisada sobre el campo de juego se ubicó el presidente Juan Domingo Perón que festejó como un hincha más.Los hinchas tenían un especial interés en este choque: era el primer desembarco de un equipo europeo en tierras argentinas después de muchos años, y además era una revancha esperada a la derrota sufrida en 1951, en el mítico Wembley, por 2 a 1.
El entrenador nacional, Guillermo Stábile, armó para ese trascendental partido una formación que tenía la delantera completa de Independiente --en su primera presentación oficial con la "celeste y blanca"-- compuesta por: Rodolfo Micheli, Carlos Cecconato, Lacasia, Grillo y Osvaldo Cruz, y una defensa y media línea mixturada entre jugadores de Boca y Racing.
Así el arquero fue Julio Musimessi , Pedro Dellacha y José García Pérez, ambos zagueros de Racing; Francisco Lombardo, el capitán, Eliseo Mouriño, de Boca, yErnesto Gutiérrez, de "La Academia".
El golazo de antología, convertido por Grillo a los 42 minutos del primer tiempo, fue el empate tras la apertura del marcador obtenida por un cabezazo del delantero inglés Taylor, en los instantes iniciales del choque.
Ya en el segundo tiempo, Micheli aumentó el tanteador a 2 a 1, y a los 33 minutos nuevamente Grillo, en una tarde excepcional, conquistó el tercer gol argentino que desató la locura de los hinchas en el estadio Monumental.
Cuatro días después, se había programado un nuevo encuentro, y esta vez, entusiasmados por la actuación del equipo 91.397 Personas --una cifra récord-- pagaron su entrada para ver el partido, que finalizó sin goles, tras suspenderse a los 23 minutos de juego, a raíz de la intensa lluvia que cayó aquella tarde sobre la ciudad de Buenos Aires.
ROB/
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SUPERCLASICO, UNA PASION ARGENTINA QUE CUMPLE 95 AÑOS
Van camino al centenario, junto al latir de una nación que se apresta en ese trayecto a festajar sus 200 años de vida. Boca y River, dos pasiones genuinas de los argentinos festejan en este 2008 los 95 años del primer choque emblemático.
Fue el 24 de agosto de 1913 en la vieja cancha de Racing Club, donde por los disputadísimos campeonatos amateurs de la época se vieron las caras por primeras vez los dos clubes nacidos en el sueño inmigrante de la Ribera del Riachuelo.
Durante muchos años algunos historiadores fijaron como fecha inicial un años después, agosto de 1914, como primer superclásico en un error que Asteriscos.Tv no avala y que sólo puede justificar como enumeración como el partido que puede haber dado inicio a la pasión de eternos rivales.
En ese encuentro que se jugó el 14 de agosto de 1914 empataron en la cancha de Boca 0 a 0 y se produjo luego de finalizar el partido la primera pelea entre hinchas cuando los de River le robaron a los boquenses una bandera.
Hubo corridas, persecución policial a caballo y promesas de “venganza” en el próximo encuentro. Ya se ve, nada es nuevo bajo el sol.Hay un antecedente centenario, las crónicas de la época relatan que el primer choque entre los clubes de barrio fue el 2 de agosto de 1908 en un partido amistoso que se disputó en la vieja cancha de madera de Boca en la Dársena Sur y favoreció a los locales por 2 a 1.
En tanto, el primer partido oficial en primera división se jugó el 24 de agosto de 1913 cuando la Argentina se colmaba de movimientos sociales y anarquistas y ya llevaba tres años festejando el centenario.
River ya había llegado a la primera en 1909 tras eliminar en la final del ascenso a Racing y debutar derrotando a Alumni, el club poderoso de los primeros años del fútbol local.
Por su parte, los “xeneizes” llegaron al fútbol grande en 1913 y debutaron también con un destino de grandeza la superar en la fecha inicial la poderoso Racing, La Academia, uno de los equipos más maravillosos de la historia del amateurismo.
El primer choque entre Boca y River fue en la disputa de la sexta fecha del campeonato amateur que tenía un extenso fixture con más de 40 equipos que daban vida a un deporte que crecía piramidalmente como pasión.
River tenía como club 10 años de vida mientras Boca ocho, y todavía eran vecinos de barrio ya que el club de la banda roja recién se mudó a Alvear y Tagle una década después.
El partido entonces favoreció a River –que jugó con la camiseta de rayas verticales rojas y blancas-- 2 a 1 con goles de Cándido García y Ámela Pereyra, mientras que Marcos Meyer descontó para Boca que fue local en Avellaneda.Aquellos primeros héroes que vistieron la casaca de Boca y River fueron los siguientes: Boca Juniors: Virtu Bidone; Garibaldi y Lamela; Valentini, Vergara y Elena; Calomino, Romano, Mayer, Taggino y Abbatángelo.River Plate: Carlos Isola; Arturo Chiappe y Pedro Calneggia; Simmons, Cándido García y Puruzzi; Galeano, Ameal Pereyra; Penney, Roldán y Fraga Patrao.
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lunes, 3 de marzo de 2008
JUAN GALVEZ, LA LEYENDA DEL TC
La lluvia, el fango y esa maldita 'ese' a 45 kilómetros de la localidad bonaerense de Pourtalé fueron los mudos testigos, aquel 3 de marzo de 1963, del final de una de la figuras fantásticas que dio el Turismo Carretera, el múltiple campeón Juan Gálvez, quien inmortalizó su pasión perdiendo la vida en su ley, peleando el primer lugar de una carrera.
Hace 40 años hubo silencio y dolor. Cuando el motor del Ford azul de Juancito se calló definitivamente, tras chocar con un montículo de tierra y despedir del vehículo a su conductor, y así el automovilismo argentino perdía al máximo campeón del TC e ícono del deporte motor.
Tenía 47 años, nueve títulos sobre sus espaldas, 59 triunfos, cinco de ellos en grandes premios de la República, y la devoción de miles de amantes de los fierros que lo tenían junto a su hermano, Oscar, en la cima del olimpo deportivo.
De nada sirvieron después del fatal choque los lamentos, la remota posibilidad, nunca confirmada, que esa sería su última carrera, en una prueba que por la lluvia muchos pensaron que no debía largarse.
Todo eso es historia. Juan Gálvez, con su caracter métodico,perfeccionista e introvertido, estuvo allí, en la largada de laVuelta de Olavarría, a pesar de los consejos de su hermano,decidido a dar batalla a los nuevos dueños del TC, los hermanos Emiliozzi, en su propio terruño, desde la apertura de la temporada.
Juancito, que había debutado en el Turismo Carretera como acompañante de su hermano en la década del '30 y saltó a la independencia deportiva en 1941, punteaba con nueve segundos dediferencia sobre los Emiliozzi --quienes descontaban metro ametro-- cuando en una traicioneara 'ese', conocida como 'Camino delos chilenos', perdió el control de su vehículo y desató la tragedia.
Como era ya una costumbre, Juan corría sin usar el cinturón deseguridad, y su cuerpo fue despedido tras golpear la cabeza contra el techo lo que le ocasionó la fractura la vertebra cervical. "No le gustaba usar cinturón, una vez vio quemarse un piloto por no poder desatarse y esa imagen lo condicionó para siempre", contó años después su entrañable hermano, Oscar.
¿Quién puede criticarle la falta de profesionalismo al pilotomás efectivo de la categoría? Exhibió durante sus 14 años deactividad las mejores cualidades de un volante: fue sinónimo de análisis, preocupación y trabajo.
Un estratega innato que siempre estuvo lejos de laimprovisación, de la aventura, aunque a la hora de correr demostró en decenas de oportunidades sacar de la galera la magia de lo impensado.
Junto a "Aguilucho" compartían la virtud de ser dos formidables mecánicos, una condición fundamental que --sumado al talento para conducir-- los hacía verdaderos genios en las rutas.
En ese marco, Juancito se enorgullecía en silencio de poder cambiar en 21 minutos un puente trasero o en 42 podía cambir las bielas del Ford.
Los separaba a los hermanos Gálvez, no sólo su temperamento, sino tener claro sus objetivos y limitaciones. Juan, durante un tiempo coqueteó con los autos especiales y comprobó que su manejo estaba más identificado con los autos en techo, el ripio y la tierra.
El agua, el barro y esa maldita 'ese', se llevó al hombre silencioso que estudiaba profundamente los caminos, la orientaciónde los vientos, registraba todo en cuadernos que eran apuntes de sabiduría.
Juancito quedó tendido en esa curva bonaerense, pero su amor alos 'fierros' y la idolatría del pueblo del TC lo resucita en cadalargada de la categoría más popular, porque su nombre es grandezay también pasión.
ROB/Publicado en Asteriscos.Tv
jueves, 24 de enero de 2008
CUANDO BOCHINI FUE EL "DIOS DE LOS DIABLOS"
El 25 de enero de 1978, el máximo ídolo de Independiente vivió una de las noches más gloriosas de su carrera. Ese día fue el autor del gol que le dio un título al “rojo” ante Talleres de Córdoba, en un partido que su equipo jugó con ocho jugadores. >Ese día era su cumpleaños.
Hace 30 años, Ricardo Enrique Bochini festejó su cumpleaños 24 y como mejor regalo personal y para los miles de hinchas que lo convirtieron en su máximo ídolo, se obsequió un gol inolvidable y el título de Campeón Nacional 1977 para Independiente, un logro con sabor a hazaña.
A tres décadas de esa conquista increíble, aún el “Bocha” recuerda la disfonía que le dejó el grito del tanto del empate ante Talleres de Córdoba, en circunstancias totalmente anormales, jugando Independiente con tres jugadores menos por expulsiones y en una olla de presión como era el estadio de los cordobeses.
Fue el partido desquite de la final del Torneo Nacional de 1977 que se definió ya en el nuevo año, y que tenía ya en la previa para los de la “Docta”` el sabor del campeonato, tras lograr un valioso empate en Avellaneda 1 a 1, en el partido de ida.
Los jugadores de Talleres fueron recibidos como héroes a su regreso de Buenos Aires y ya saboreaban el título que comenzó a querer tomar forma cuando en el estadio del Barrio Jardín revirtió un resultado adverso de 1 a 0, y se puso 2 a 1, con un polémico gol del delantero Bocanelli hecho con la mano.
Todos lo jugadores “rojos” se abalanzaron contra el árbitro Roberto Barreiro e iniciaron una protesta airada que concluyó con las expulsiones de Enzo Trossero, el capitán Rubén Galván y el volante Omar Larrosa, además de un tumulto que hizo suspender el partido por nueve minutos.
Con ocho jugadores, los nervios alterados y con solo veinte minutos de juego por delante, Independiente temió lo peor y se sintió estafado por la actitud de un árbitro que fue ciego ante una mano demasiado clara en el gol de la victoria parcial de Talleres.
“Todos queríamos irnos, no sentíamos estafados, era un robo”, recordó Bochini quién, como los héroes anónimos se calzó el equipo al hombro y exhibió sobre el campo de juego lo mejor de su repertorio.
El entrenador “rojo”, el recordado José Omar Pastoriza, hizo lo suyo: propuso dos cambios fundamentales, hizo ingresar a Ricardo Bertoni –el mejor socio del Bocha—y al volante Mariano Biondi para retener más el balón y construir jugadas desde la línea de volantes.
“Vamos que somos machos y podemos ganar”, grito el nuevo capitán Norberto Outes al reinició del partido, y con esa arenga, la sangre en el ojo de los jugadores y el talento del Dios de los Diablos, la hazaña tuvo razón de ser.
A cinco minutos del final, con Talleres abrumado por la responsabilidad, una excelente jugada combinada entre Bertoni, Bochini y Biondi, permitió que el “Diez” definiera “con alma y vida”, ante la salida del arquero local Rubén Guibaudo.
El empate 2 a 2 le dio el título a Independiente por la sumatoria de gol de visitante que valía doble en la definición del certamen.
“Fue el gol de mi vida”, recordó el “Bocha” a Asteriscos.Tv, lo dijo quién vivió antes y después decenas de jornadas inolvidables, lo definió así el “Chaplin del fútbol”, el hombre que el día que cumplía 24 años entró a la inmortalidad.
Para los memoriosos como Asteriscos.Tv, algunos nombres de aquel inolvidable campeón: Rigante; Pagnanini, Hugo Villaverde, Trossero y Osvaldo Pérez; Galván, Bochini, Larrosa; César Brítez, Outes, Magallanes y Bertoni, entre otros.
ROB/
lunes, 21 de enero de 2008
FOREMAN, EL REY DE LOS PESADOS
El mundo se sorprendió, y hasta podríamos decir que no estaba preparado para ver la caída de un grande como Joe Frazier y el ascenso vertiginoso de un nuevo campeón del mundo de los pesos Pesados como George Foreman.
Aún resuenan en el aire de la capital de Jamaica, Kinsgton, los mandobles del joven Foreman, de 24 años, que en apenas cinco minutos de combate destrozó la humanidad de un héroe del ring como era Frazier, aquella fantástica noche del 22 de enero de 1973.
Sin respiro, con dos caídas en la primera vuelta y tres en la segunda, Foreman, quien en 1968 habría sido medallista olímpico de los Estados Unidos, destrozaba la humanidad del “Gran Joe” y hacía saltar la banca de las apuestas que antes del combate favorecían al hijo dilecto de Filadelfia por 3 a 1.
El favoritismo no era casual hace 35 años, Frazier era un respetado campeón Mundial que un año y medio antes revalidó su título al vencer en la una pelea inolvidable a Muhammad Alí y que hacía esta defensa opcional ante el gigante Foreman al no haber arreglado la bolsa para combatir con Cassius Clay por segunda vez.
La noche del 22 de enero de 1973, el mundo descubrió que todo había cambiado en los pesos completos, un poderoso nuevo campeón nacía para meterse como cuña entre los grandes Frazier y Alí y aspirar así ser un nuevo rey por mucho tiempo.
El triunfo de Foreman no impidió la revancha entre Ali y Frazier –un año después en Manila, Filipinas—en una pelea eliminatoria para desafiar al nuevo campeón y que fue un hito inolvidable en el boxeo mundial.
Y así, el reinado de Foreman que parecía eterno por la potencia aniquiladora de sus puños, tuvo un abrupto final en el histórico combate contra Ali en el Zaire, en octubre de 1974, donde el legendario Clay le dio una lección de boxeo al campeón mundial y lo sepultó en el olvido.
Hoy, a 35 años de su consagración, y a 34 de la derrota con Alí, con sonrisa cómplice, Foreman sostiene sus sospechas que fue “drogado” antes de ese combate para no rendir como era habitual, una idea que sol él puede defender ante las imágenes de un Alí netamente superior desde la estratégico para ganar la batalla más imponente del siglo XX.
Sin embargo, el “pequeño George” dejó de ser el malo de la película y tuvo su revancha personal cuando en 1994, a 21 años de su consagración, con 45 años. Se coronó como el campeón mundial más veterano de los Pesados al vencer a Michael Moorer, ya en una época de devaluación de reinados múltiples en la máxima categoría.
Con otro humor, mucho más carismático desde su nuevo rol de pastor evangelista y convertido en un millonario vendedor de artefactos de cocina, Foreman festeja a los 58 años un aniversario más de su consagración, con el sueño de seguir jugando a subir al ring, como un chico total los grandes ya no están.
Aún resuenan en el aire de la capital de Jamaica, Kinsgton, los mandobles del joven Foreman, de 24 años, que en apenas cinco minutos de combate destrozó la humanidad de un héroe del ring como era Frazier, aquella fantástica noche del 22 de enero de 1973.
Sin respiro, con dos caídas en la primera vuelta y tres en la segunda, Foreman, quien en 1968 habría sido medallista olímpico de los Estados Unidos, destrozaba la humanidad del “Gran Joe” y hacía saltar la banca de las apuestas que antes del combate favorecían al hijo dilecto de Filadelfia por 3 a 1.
El favoritismo no era casual hace 35 años, Frazier era un respetado campeón Mundial que un año y medio antes revalidó su título al vencer en la una pelea inolvidable a Muhammad Alí y que hacía esta defensa opcional ante el gigante Foreman al no haber arreglado la bolsa para combatir con Cassius Clay por segunda vez.
La noche del 22 de enero de 1973, el mundo descubrió que todo había cambiado en los pesos completos, un poderoso nuevo campeón nacía para meterse como cuña entre los grandes Frazier y Alí y aspirar así ser un nuevo rey por mucho tiempo.
El triunfo de Foreman no impidió la revancha entre Ali y Frazier –un año después en Manila, Filipinas—en una pelea eliminatoria para desafiar al nuevo campeón y que fue un hito inolvidable en el boxeo mundial.
Y así, el reinado de Foreman que parecía eterno por la potencia aniquiladora de sus puños, tuvo un abrupto final en el histórico combate contra Ali en el Zaire, en octubre de 1974, donde el legendario Clay le dio una lección de boxeo al campeón mundial y lo sepultó en el olvido.
Hoy, a 35 años de su consagración, y a 34 de la derrota con Alí, con sonrisa cómplice, Foreman sostiene sus sospechas que fue “drogado” antes de ese combate para no rendir como era habitual, una idea que sol él puede defender ante las imágenes de un Alí netamente superior desde la estratégico para ganar la batalla más imponente del siglo XX.
Sin embargo, el “pequeño George” dejó de ser el malo de la película y tuvo su revancha personal cuando en 1994, a 21 años de su consagración, con 45 años. Se coronó como el campeón mundial más veterano de los Pesados al vencer a Michael Moorer, ya en una época de devaluación de reinados múltiples en la máxima categoría.
Con otro humor, mucho más carismático desde su nuevo rol de pastor evangelista y convertido en un millonario vendedor de artefactos de cocina, Foreman festeja a los 58 años un aniversario más de su consagración, con el sueño de seguir jugando a subir al ring, como un chico total los grandes ya no están.
ROB/
jueves, 10 de enero de 2008
LA MUERTE DE UN GLADIADOR VENCIDO POR LA VIDA
Una de las últimas imágenes de Monzón con vida y abajo secuencias de la primera defensa del título ante Nino Benvenutti, en mayo de 1971
En una ruta solitaria, un domingo caluroso, a las cinco de la tarde, se apagó la vida de Carlos Monzón, el mejor boxeador argentino de todos los tiempos, de cuya muerte se cumplireron doce años.
En una ruta solitaria, un domingo caluroso, a las cinco de la tarde, se apagó la vida de Carlos Monzón, el mejor boxeador argentino de todos los tiempos, de cuya muerte se cumplireron doce años.
Ese día, un 8 de enero de 1995, se agigantó el mito y la figura de un hombre que empezó bien de abajo, llegó a la cima y volvió a caer por una mueca del destino.
Le faltaban unos meses para dejar la cárcel, pena que cumplía por el asesinato de su segunda esposa (Alicia Muñiz) y halló la muerte en una de sus tantas salidas autorizadas a la altura del paraje Los Cerrillos, cerca de la capital santafesina.
Monzón, quien por entonces tenía 52 años, volvía al penal deLas Flores, luego de pasar una tarde de playa, pero perdió el control de su Renault 18, salió despedido y murió instantáneamente, lo mismo que los otros dos ocupantes del vehículo.
Así, el ex boxeador volvió a ocupar las páginas policiales, algo que ya le había ocurrido ocho años antes, cuando se produjo el confuso episodio que le costó la vida a Muñiz.
Más atrás en el tiempo Monzón se erigió en uno de los grandes deportistas de la historia, gracias a una disciplina, un temple y un talento innato difícil de igualar.
Hizo 100 peleas como profesional, perdió solamente tres y desde1964 hasta 1977 -año de su retiro-, se mantuvo invicto, incluso cuando ostentó la corona mundial de los medianos.
Aquel derechazo memorable, que dejó en la lona al italiano NinoBenvenuti, le permitió a ese flaco desgarbado y hosco consagrarse campeón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en 1970.
Desde ese momento comenzó a cimentar una carrera ascendente quelo llevó a convertirse en uno de los mejores púgiles de lahistoria, cobijado además por la sabiduría de Amílcar Brusa, su entrenador de siempre, y la habilidad de Juan Carlos Lectoure para insertarlo a nivel internacional.
Se lució en Europa, en el Luna Park y pese a haber peleado solamente una vez en Estados Unidos, siempre recibió el respeto del público y los especialistas de ese país.
Después, defendió exitosamente su corona contra Benvenuti -en la revancha-, Emile Griffith, Dennis Moyer, Jean Claude Bouttier(en dos oportunidades), Tom Bogs, Bennie Briscoe, José">
Sin embargo, a mediados de la década del '70, y cuando todavía iba por la mitad de su reinado, incursionó en el mundo del cine,que le abrió otra perspectiva.
Pese a la oposición de Brusa, participó en varias películas yen una de ellas ("La Mary") conoció a Susana Giménez, con quien protagonizó un romance que acaparó la atención de todos los medios del espectáculo.
Antes y después de Susana, tuvo la posibilidad de codearse con el jet set europeo, el glamour de otras mujeres y algo más.
En 1977, varios meses después de su segunda pelea contra elcolombiano Valdez, anunció su retiro, ya sin demasiados objetivos en su campaña deportiva y sin sobresaltos económicos. Entonces, empezó a disfrutar de otras cosas porque a esa altura estaba en pareja con la uruguaya Muñiz, con quien tuvo un hijo, y luego se separó.
La reconciliación se dio a principios de 1988, pero unamadrugada de febrero, en Mar del Plata, la mujer murió al caer desde el balcón de una cas, luego de una noche donde abundó el alcohol, la droga, las peleas y el sexo fuerte.
Monzón fue hallado culpable, y pese a haber sido condenado a once años de prisión, muchos seguían alentándolo y llamándolo"campeón".
Más allá de las cuestiones extradeportivas, el santafesino se transformó en el ícono de una época que compartió con otros grandes como Carlos Reutemann, Guillermo Vilas y muchos futbolistas de renombre.
Las imágenes en blanco y negro de su consagración en Roma, conBenvenuti desparramado en el piso, quedaron grabadas a fuego, lo mismo que otras de sus hazañas deportivas.
Cada vez que defendía su título, generalmente los sábados porla tarde cuando peleaba en Europa, se paralizaba el país.
Todos querían ver victorioso al campeón. Y lo lograban.
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Las siguientes son las 14 defensas del título mundial de Los medianos realizadas por Monzón en siete años.
De esas defensas del argentino, 11 fueron realizadas en el exterior, 10 en Europa, con Mónaco y París como sedes más visitadas (4 oportunidades cada uno); una en Estados Unidos y las tres restantes en el estadio Luna Park de Buenos Aires.
De estas peleas, nueve las ganó por nocaut y cinco por puntos,y fue en 1972, el segundo año de su reinado donde más veces defendió la corona mundial con cuatro peleas.
Tras su novena defensa exitosa en 1974 ante el mexicano José"Mantequilla" Nápoles, el Consejo Mundial le quitó el título al norealizarse el argentino un control antidoping, por lo cual dos años después, Monzón recuperó su faja al derrotar por puntos al colombiano Rodrigo Valdez, quien había ganado la corona de eseente del boxeo.
Fecha Lugar rival resultado
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08/05/71 Mónaco Nino Benvenuti (Italia) GPAb(3)
25/09/71 B.Aires Emile Griffith (EE.UU) GPKOT (14)
04/03/72 Roma Denny Moyer (EE.UU) GPKOT(5)
17/06/72 París Jean C.Bouttier (Francia) GPAb(13)
19/08/72 Copenhague Tom Bogs (Holanda) GPKOT(5).
11/11/72 B.Aires Benny Briscoe (EE.UU) GPP (15).
02/06/73 Mónaco Emile Griffith (EE.UU) GPP(15).
29/09/73 París Jean C.Bouttier (Francia) GPP(15).
09/02/74 París José Nápoles (México) GPAb(7).
05/10/74 B.Aires Tony Mundine (Australia) GPKO(7).
30/06/75 Nueva York Tony Licata (EE.UU) GPKOT(10).
13/12/75 París Gratien Tonna (Francia) GPKO(5).
26/06/76 Mónaco Rodrigo Valdez (Colombia) GPP(15).
(En este combate recuperó además la corona del Consejo Mundial)
30/07/77 Mónaco Rodrigo Valdez (Colombia) GPP(15).
(En este combate, Monzón sufrió su primera caída en una pelea por título mundial, fue en el segundo round).
ROB/Publicado en la Agencia Noticias Argentinas/Infobae.com
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