miércoles, 22 de agosto de 2007



--70 AÑOS DE UNA PASION ARGENTINA
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-- La carrera de este domingo 19 de agosto Turismo Carretera en Río Cuarto será la número 1061 desde el emblemático triunfo logrado por Angel Lo Valvo en el Gran Premio de 1937 y que marcó, hace siete décadas, el inicio de una de las pasiones deportivas más fuertes de los argentinos.
La bandera a cuadros que recibió la cupé Ford V-8 de Lo Valvo en la ciudad de La Plata el 15 de agosto de 1937 fue la culminación de la primera gran aventura de las rutas argentinas para autos con techo, y que abrió el camino a la emoción y el folclore de una categoría única en el mundo.
Fueron en esa oportunidad 14 provincias argentinas recorridas por los 72 participanters que motivados por la pasión por los fierros y la velocidad armaron artesanalmente sus vehículos con el único objetivo de llegar a la meta tras los 6.894 kilómetros de recorrido final de la prueba.
Ese gran premio quedó en la historia como la piedra fundacional del TC y tuvo a Lo Valvo, a los 28 años, como el primer ganador aunque en esa carrera la disputó con el seudonimo "Hipómenes" que tuvo el fin de eludir así a sus acreedores, quienes lo acosaban por deudas contraidas en el juego.
Tanto es así que la tener que firmar la planilla oficial con su nombre real, Lo Valvo se incribió como acompañante con el fin que las crónicas de ese momento no lo dieran a conocer como protagonista de la prueba.
La carrera se largó el 5 de agosto frente a la sede del Atomovil Club Argentino (ACA) y fue el presidente Agustín P. Justo quien dio el banderazo de largada al coche número uno, el Ford de Arturo Krausse.
Durante diez días la prueba recorrió las provincias de la Mesopotamia para luego ir hasta La Rioja y bajar por Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y La Pampa y volver a subir por la provincia de Buenos Aires en búsqueda de la meta final: La Plata.
Eran tiempos románticos, casi no había rutas y la mayoría de la competencia se corrió en huella de tierra que cruzaban las provincias como única vía de comunicación.
La compertencia recién se pudo correr cuando a fines de julio Vialidad nacional aceptó las propuestas de controles del ACA que implicaron que no podian participar coches sin techo y la velocidad máxima no podía exceder los 120 kilómetros, algo que luego no se cumplió.
La gran mayoría de los vehículos utilizados fueron autos Ford que tenía una mejor adaptación a la velocidad en su motor y resistencia, pero ya en esa prueba hubo algunos Chevrolet, un poco más inestables pero que fueron llevados con mano firme por sus dueños.
La velocidad máxima de aquellos bólidos que despertaba el asombro de los habitantes de los pueblos que vieron pasar a los coches era de 140 kilómetros y en definitiva el promedio final de carrera estuvo en los 80,140 kilómetros por hora.
Lo Valvo con el número cuatro en su puerta llegó primero a La Plata totalizando un tiempo de 80 horas 36 minutos 19 segundos en una clasificación final que tuvo cuatro Ford en los primeros lugares mientras que recièn en el quinto lugar terminó el mejor Chevrolet conducido por Tadeo Tadía.
De los 71 autos que largaron la extenuante carrera solamente arribaron 19 y la mayoría de ellos lo vivieron como una victoria ya que más allá de la prueba deportiva de velocidad, el desafío de muchos de los inscriptos era terminar como testimonio de una aventura completa.
Entre los que largaron esa prueba de inicio de la historia del TC estuvo Oscar Gálvez, quien abandonó a los cinco días, un hechoque no melló su espíritu y lo convirtió luego en uno de lo máximos ídolos del automovilismo nacional.
Entre lo más destacados corredores que participaron en la primera carrera del TC se destacaron además de Lo Valvo y Krausse, los pilotos, Ernesto Roberto Blanco, Eduardo Pedrazzini, Tadeo Taddía, Héctor Suppici Sedes, Rodrigo Daly y el chileno Lorenzo Varoli.
Lo Valvo ganó un premio de 40 mil pesos que le sirvió para pagar sus deudas y volver como un héroe a su ciudad natal: Arrecifes, la capital del automovilismo argentino, además de seguir compitiendo y ganar en 1939 el título oficial de campeón del TC.
Hace 70 años nacía una pasión que hoy está más vigente que nunca y detrás de una nube de polvo de las viejas rutas, como decía un viejo relator automovilístico: " hay un coche a la vista".
De esa historia de fierros y ruta, surgen como emblemas el mismo Lo Valvo, Juan y Oscar Gálvez, Juan Manuel Fangio, Los hermanos Emilliozzi, Luis Di Palma, Héctor Gradassi, Juan MaríaTraverso, Roberto Mouras, Oscar Castellano, Oscar Aventín, Guillermo Ortelli o Norberto Fontana, algunos de los símbolos de los 70 años de esta pasión argentina.
ROB/Publicado por la agencia NA el 19/08/07

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